Porque a veces, la mejor versión de una misma… también es la que sabe parar.
🌪 Las mujeres que no se quedan quietas
Hay algo que muchas compartimos, aunque no siempre lo digamos:
esa especie de energía interna que no nos deja quedarnos quietas.
Las ganas de crecer, de mejorar, de ser más.
Más organizadas.
Más productivas.
Más presentes.
Más lindas, más pacientes, más activas, más creativas… más todo.
Pero a veces, ese “buscar nuestra mejor versión” se transforma en una exigencia que no nos da respiro.
Y cuando no llegamos… aparece la culpa.
🧩 El equilibrio que nos enseñaron a buscar (y que a veces no existe)
Entre la vida familiar, el trabajo, el emprendimiento, la casa, el cuerpo, las emociones…
nos movemos todos los días haciendo malabares.
Y cuando algo no sale como esperábamos, sentimos que fallamos.
Como si no rendir al 100% en todo fuera sinónimo de no estar a la altura.
Pero, ¿y si estar a la altura también es saber priorizar?
🌱 Hay etapas. Hay ciclos. Hay momentos.
No todas las áreas de nuestra vida van a brillar al mismo tiempo.
Y eso no es una falla, es parte de ser humana.
Capaz en este momento no estás tan activa en lo profesional, pero sí muy conectada con tu familia.
Capaz no estás entrenando todos los días, pero estás dándole tiempo a tu creatividad.
Capaz no llegás a todo… y está bien.
No tenemos que estar al 100 en todo, todo el tiempo.
Nadie lo está. Aunque desde afuera parezca que sí.
💛 Hablemos con más amor (sobre todo cuando hablamos de nosotras)
En vez de criticarnos por no llegar, por no cumplir con todo, por no estar “a la altura”...
¿y si empezamos a hablarnos con un poco más de amor?
Con compasión. Con ternura.
Con el mismo cuidado con el que acompañaríamos a una amiga.
Porque solo cuando nos valoramos de verdad —con nuestras luces y nuestras sombras—
podemos sostener lo que venga.
Y desde ahí, sí… construir, crear, crecer. Pero sin dejar el alma en el intento.
Ojalá estas palabras te sirvan para aflojar un poquito.
Y recordar que vos también merecés tu propia paciencia.
— Lore